El pequeño comercio representa el 66% de las empresas del sector comercial (datos en la Comunidad Valenciana), y muchos de ellos necesitan controlar la demanda energética en el local donde desarrollan su actividad, para poder ser competitivos a la hora de suministrar sus servicios y ofrecer calidad a sus clientes. El potencial existe: el ahorro en el consumo energético es hoy más que nunca una necesidad para muchos comercios, y el certificado energético puede incluir paquetes de medidas de mejora que sean realmente útiles para este sector. En este post, te damos más pistas sobre estas estrategias verdes.
07-05-14
El consumo de energía: análisis y control
El comercio representó en 2003, el 22% del consumo de la energía destinada al sector servicios. El consumo medio del pequeño comercio se estima en 250 kWh/m², aunque este dato varía en función del tipo de comercio(panadería, tienda de muebles, pequeños supermercado,…), y puede alcanzar valores comprendidos entre los 100 y los 600 50 kWh/m². La electricidad es la energía más utilizada en general en este sector, aunque algunos comercios como las panaderías pueden utilizar otro tipo de combustible: para el funcionamiento de hornos, para producción de ACS, etc… El consumo eléctrico se reparte en:
– Iluminación: 50%.
– Aire acondicionado y calefacción mediante bomba de calor: 35%
– Otros: 15%.
Los equipos de frío en los comercios de alimentación, y pequeños equipos en subsectores, son casos específicos de establecimientos especializados.
Fuente utilizada como guía para el desarrollo de este post: Guía de ahorro y eficiencia energética en locales comerciales de la Comunidad Valenciana
La demanda energética depende del tipo de comercio
La demanda varía a lo largo del año y del día. En zonas cálidas, los meses de verano aumentan la demanda de refrigeración. El horario del comercio reparte la demanda den dos franjas horarias: mañana y tarde, excepto en el sector de alimentación, en el que la demanda de las cámaras de refrigeración de alimentos representan un porcentaje alto durante el cierre: Una panadería, tiene una demanda de energía prácticamente constante durante todo el año, y creciente durante las primeras horas del día. Una tienda de muebles, tiene una demanda energética anual creciente durante los meses de verano e invierno, mientras que su demanda diaria crece da media mañana (12h) y a última hora de la tarde (18-20h). Un pequeño supermercado, o una carnicería, experimenta un crecimiento de la demanda energética anual durante los meses de verano, y su demanda diaria se mantiene más o menos constante (desciende levemente durante las hora de cierre).
Estrategias y medidas de ahorro en el pequeño comercio
El creciente aumento del precio de la energía, así como la necesidad de reducir el consumo de recursos naturales por un lado, y las emisiones perjudiciales para la atmósfera por otro, obligan a tomar medidas tanto en el diseño de los espacios que habitamos, como de las actividades que desarrollamos en ellos. Estas medidas o estrategias tienen que ver con la energía que dichas actividades necesitan para su funcionamiento, y que representan un coste económico importante, además de su repercusión en el medioambiente. El objetivo principal consiste en REDUCIR LA DEMANDA ENERGÉTICA:
1. Optimiza la factura eléctrica
Revisa la potencia contratada, y verifica que se ajusta a las necesidades reales del negocio.
2. Iluminación eficiente
La demanda de iluminación puede variar entre un 50-75 % del valor total de la demanda eléctrica del negocio. Su porcentaje varía en función de la actividad del local, de las necesidades de calefacción y refrigeración, y en el caso de tiendas de alimentación, puede reducirse a un 5-15 %, ya que la demanda en este tipo de establecimientos, se dirige mayoritariamente a las cámaras de frío de los alimentos.
El ahorro energético en electricidad destinada a iluminación puede suponer entre un 20-30 %, con estrategias eficientes, y puede suponer un ahorro adicional en la demanda de refrigeración, si se reducen la emisión de calor con iluminación de bajo consumo energético.
El alumbrado en los comercios debe ser adecuado a su uso (iluminación general) y a la vez resaltar los artículos de venta (iluminación direccional localizada). Esto implica unos niveles mínimos para cada una de ellas. Además, deben de proporcionar un rendimiento de color (Ra) y un índice de deslumbramiento adecuado. Ya lo vimos en el post de Ejemplo paso a paso de cálculo de instalación de iluminación según exigencias del CTE DB HE3.
El nivel de iluminación puede variar entre 300- 500 lux en la iluminación general, y en 750 – 1000 lux para la iluminación de acento (escaparates) en el interior de locales comerciales. El rendimiento de color deberá ser igual o superior a 85, y la luz blanca ( 3000 K < TCC < 3500 K), es la más recomendable.
Los aspectos a valorar en una instalación de alumbrado son: el tipo de lámpara, la luminaria que distribuye la luz proporcionada por la lámpara, y el equipo auxiliar, cuando la conexión no puede ser directa a la red.
Las estrategias a seguir para la eficiencia en la instalación de iluminación de los locales son:
2.1 Instalar y sustituir por equipos eficientes: lámparas, luminarias y equipo auxiliar.
– Lámparas fluorescentes con balastos electrónicos en lugar de balasto convencional: luz de buena calidad y pocos encendidos. Alumbrado general y relativa exigencia de rendimiento de color. 25% más eficientes que con tubos tradicionales. Los balastos de alta frecuencia permiten la regulación de la intensidad de la lámpara. El control fotosensible permite el aprovechamiento de la luz natural y un ajuste del nivel de iluminación artificial. Inversión alta.
– Lámparas de descarga de alta intensidad: buena apariencia de color, estabilidad y eficiencia lumínica (85-95 lm/W) y Ra entre 85 y 90. Adecuado para requisitos de buena apariencia, buen rendimiento de color y muchas horas de funcionamiento. Incorporan filtro de bloqueo de rayos UV. Consumo energético 70% inferior a las incandescentes halógenas. Menor emisión térmica. Inversión alta.
– Lámpara fluorescente compacta: reducción del consumo energético en un 75%, y entre 8 y 10 veces más de número total de horas de duración, respecto de las lámparas incandescentes. Adecuadas para su funcionamiento en continuo, y pocos encendidos y apagados, así como en zonas donde no se requiere rendimiento de color elevado. Se suelen usar en luminarias down-light.
Echamos de menos la iluminación LED.
2.2 Sustitución de luminarias.
La luminaria contiene la/s lámpara/s y distribuye la luz proporcionada por ésta/s. Las luminarias actuales tienen sistemas reflectores para dirigir la luz de las lámparas en la dirección deseada. Sustituir las luminarias existentes por otras más modernas puede suponer un ahorro energético en la instalación de iluminación, aprovechando la luz de manera más eficaz. Ejemplos: down-light, proyectores, luminarias con reflectores, con rejillas de lamas,…
2.3 Aprovechamiento de la luz natural.
Un espacio bien iluminado con luz diurna produce mayor confort a sus usuarios, siempre que se eviten deslumbramientos y carga adicional por calentamiento. Factores como la profundidad de los espacios, el tamaño y situación de ventanas y claraboyas, del tipo de vidrio utilizado y de los elementos de sombra, influyen en la capacidad de aprovechamiento de la luz natural, que se pueden controlar con un buen diseño.
En este caso las estrategias más adecuadas oueden ser:
– Instalación de claraboyas.
– Equilibrio entre comportamiento térmico y aprovechamiento de iluminación natural, a través del dimensionamiento de las ventanas.
– Uso de sistemas de control (automatización) que regulen el nivel de iluminación artificial, en función del nivel de iluminación natural, y de las necesidades lumínicas adecuadas a la actividad que se desarrolle, mediante la instalación de fotocélulas que apagan la luz artificial, cuando al luz natural es suficiente.
– Uso de colores claros en el interior de los locales (paredes, techos y suelos), que reflejen y maximicen la luz natural suministrada. Los colores claros y brillantes pueden reflejar hasta un 80% la luz que incide sobre ellos.
2.4 Sistemas de control y regulación.
Sistema de control que proporcione el nivel de iluminación adecuado y de calidad durante el tiempo necesario, como por ejemplo:
– Sistemas de control del tiempo: apagado de luces según un horario establecido.
– Sistemas de control de la ocupación (detector de movimiento en zonas poco utilizadas).
– Sistemas de gestión de la iluminación: el uso de PCL (controladores lógicos programables) que consiste en un sistema de gestión centralizado que permite gestionar todos los sistemas de control para optimizar el consumo en iluminación, así como gestionar otras instalaciones en el local. Adecuada para reformas importantes ya que requiere inversión inicial alta.
– Instalación de interruptores localizados: apagado por zonas que no se utilicen.
2.5 Plan de mantenimiento y limpieza.
Un plan de mantenimiento que incluya una limpieza periódica de lámparas y luminarias implica un mayor aprovechamiento de la instalación de alumbrado. El envejecimiento influye en la cantidad de luz emitida por las lámparas, y hace que dejen de ser eficientes. El plan de limpieza también incluye paredes y superficies reflectantes.
Se recomienda también revisiones periódicas que incluyan tareas de mantenimiento eléctrico de la instalación: aspecto de los cables, estado de regletas y portalámparas, y apriete de tornillos, etc…
2.6 Medición y seguimiento de los ahorros energéticos obtenidos.
Consiste en mantener informada a la plantilla de los resultados obtenidos así como una serie de pautas de comportamiento para su consecución.
3. Calefacción y producción de ACS
Las estrategias van dirigidas a garantizar el confort térmico de los usuarios mediante el control de la temperatura, la humedad, la velocidad y calidad del aire, en función de la actividad que se desarrolle en el local, y teniendo en cuenta cargas adicionales debido a la iluminación, uso de aparatos, ganancias solares, etc.
3.1 El primer paso consiste en reducir la demanda energética interviniendo en la envolvente térmica: fachadas, ventanas y puentes térmicos, suelos, cubiertas y particiones interiores, evitando la pérdida y/o ganancia de calor, en invierno y verano respectivamente. Las estrategias pueden ser:
– Mejora del aislamiento térmico y reducción de puentes térmicos.
– Disponer de cámara de aire en fachadas entre la hoja exterior y la interior.
– Sustitución de puertas y ventanas (vidrios y marcos) por otras más eficientes: material del marco (madera, PVC), doble vidrio con cámara, y puertas y ventanas estancas.
– Instalación de dispositivos de protección solar, tanto interiores como exteriores, en función de la orientación solar: fijas, o móviles que permitan bloquear o dejar pasar la luz solar en función de la época del año y la hora del día.
3.2 Control y regulación del modo de operación en función de la demanda en cada momento
Ajustar termostatos a una temperatura de confort interior en el local: temperatura de consigna. Cada grado que se exige a la instalación, implica un 6-8% más de consumo energético.
3.3 Free-cooling
Aprovechamiento de la capacidad de refrigeración del aire exterior para refrigerar el interior del local.
3.4 Instalación de recuperador de calor en la instalación de ventilación
Consiste en el intercambio de calor entre el aire que se extrae (acondicionado a la temperatura de confort interior) y el calor exterior que se introducen en el local, para garantizar la renovación del aire interior. Así se reduce el consumo eléctrico destinado a calentar o enfriar el aire en invierno y en verano respectivamente. El RITE recoge esta medida y su eficiencia mínima deberá ser del 45%.
3.5 Bomba de calor
Es un sistema eficiente ya que utiliza una cantidad de trabajo pequeña para calentar o enfríar, en relación al calor o frío generado: rendimiento energético alto (2,5 < COP <4).
Algunos equipos pueden producir simultáneamente frío y calor, para comercios que tenga demanda simultánea de calefacción y refrigeración,debido a diferencia de niveles de carga o de orientación según zonas. También pueden trasferir calor sobrante de unas zonas a otras.
Las bombas de calor eléctricas, de gas o de electricidad generada por fuentes de energía renovables, generan mucho menos CO2 (orden descendente) que las calderas, para calefacción.
3.6 Optimizar el rendimiento de las calderas
No es común su instalación para el sector comercial y se utiliza fundamentalmente para calefacción. Es imprescindible para el buen rendimiento de la instalación, realizar un mantenimiento que incluya inspecciones periódicas (rendimiento de la combustión), no sobredimensionarlas (potencia y radiadores), instalar controladores de temperatura y contar con un buen aislamiento para evitar las pérdidas de calor durante los tiempos de espera.
Se recomienda la instalación de calderas de baja temperatura y de condensación, porque tiene menores pérdidas (entrada de agua a temperatura inferior a 40ºC) y un mayor rendimiento, respectivamente.
3.6 Mantenimiento adecuado de las instalaciones térmicas
Revisiones periódicas que permitan no aumentar el consumo energético y reducir la emisiones perjudiciales para la capa de ozono.
4. Sistemas de refrigeración (conservación de alimentos)
Los equipos de frío están presentes en los comercios de alimentación como tiernas de carne y pescado, y supermercados. Las cámaras frigoríficas son los elementos más utilizados para refrigerar, con una potencia instalada en la mayoría de los casos, por encima de 1,7 kW. También se incluyen: vitrinas, mostradores y cámaras de conservación y congelación donde se mantienen los alimentos a temperatura adecuada.
Las estrategias para garantizar un funcionamiento óptimo son:
– Seleccionar la temperatura adecuada de refrigeración. Temperaturas más bajas de lo recomendable suponen un aumento de consumo de energía nada despreciable.
– Revisar la presión del refrigerante según indicaciones del fabricante (manual), al igual que el nivel del lubricante.
– Planificar la apertura de las cámaras frigoríficas y no abrirlas constantemente.
– Alejar fuentes de calor de las cámaras.
– Llevar a cabo un programa de mantenimiento periódico que incluya revisiones y mantenimiento preventivo.
– Realizar un descarche periódico del evaporador, y hacerlo en horas en las que el coste de la energía sea menor.
5. Sistemas de gestión
Basados en un ordenador y un software, se trata de una técnica que permite la implantación de un sistema de gestión de la energía y de otros sistemas (sistema experto), que controlan datos y las instalaciones del local. Permiten hacer un uso más racional de las instalaciones, ahorrar energía, reducir averías y alargar la vida útil de los equipos. El elemento esencial es la persona encargada de gestionar la energía, y controlar y programar el sistema de gestión.
Un sistema de gestión permite conseguir ahorros en el consumo de energía que oscilan entre un 10 – 20%, y pueden gestionar más de un local a la vez, aunque se encuentren físicamente separados y distanciados entre sí (cadenas de establecimientos).
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Si eres certificador puedes darte de alta.
Si yo como particular quisiera instalar un mini aerogenerador en mi tejado, ¿podria hacerlo sin pedir permisos?